Elaborado por: Miguel
Angel Foronda Calle[1]
Con la aprobación de la
Constitución Política del Estado, allá por 2009, Bolivia adopta un régimen
autonómico. En este marco es que se ha iniciado un proceso de construcción del
Estado desde lo regional, desde lo local, desde lo departamental. La consulta programada
para aprobación o rechazo del Proyecto
Estatuto Autonómico Departamental elaborado por la anterior Asamblea
Legislativa Departamental constituye un
hito fundamental en este proceso de construcción estatal.
Pero ¿Qué es un Estatuto
Autonómico Departamental? Desde una perspectiva netamente jurídica se puede
decir que es una norma subordinada a la Constitución Política del Estado y que
es aplicable preeminentemente frente a otras normas regionales como son leyes y
decretos departamentales. Acá es importante aclarar que no se trata de una
“pequeña Constitución” ya que esta figura de “Constituciones Territoriales”
sería aplicable a Estados Federales y ese no es nuestro caso.
Respecto a la elaboración del
Proyecto de Estatuto Autonómico la Constitución establece que el encargado de
ello es la Asamblea Legislativa Departamental y que este proceso debía
caracterizarse por ser “de manera participativa”. En este marco es que a partir
delaño 2010, pero con mayor fuerza en 2012 y 2013, la Asamblea Departamental, a
la cabeza de la Comisión de Autonomías, inició un proceso de construcción
colectiva generando espacios deliberativos en diferentes niveles. Acá cabrá
preguntarnos: ¿usted ciudadano, se involucró cuando tuvo la oportunidad de
hacerlo? o ¿reaccionó indiferentemente y recién hoy entra en cuenta de la
existencia de un proyecto estatutario? Pero la cuestionante de desconocimiento
también deberá llevarnos a preguntar a nuestros ex asambleístas: ¿se
priorizaron y difundieron adecuadamente los espacios de construcción colectiva
del Estatuto?, ¿hubieron impedimentos que atentaron contra la participación
ciudadana?
Pero, más allá de las
disquisiciones jurídicas podemos decir que el Estatuto Autonómico Departamental
deberá reflejar el “ajayu” (espíritu, alma) del departamento. Es decir,
documento en mano, usted deberá preguntarse ¿me siento identificado con esto?,
¿refleja la realidad orureña?, ¿diseña un modelo institucional acorde a
nuestras necesidades?, ¿se enfatizan nuestras potencialidades económico productivas?
Al final la autonomía es territorializar al Estado, es acercarlo al ciudadano. En
suma, el Estatuto, a lo largo de sus artículos, debería reflejar la orureñidad
existente a través de las instituciones que reconoce, los lineamientos de
política pública establecidos, identificación de vocación económica productiva,
y no menos importante será la definición de la identidad del orureño. Este
“ajayu”, esta esencia, debe contener un pacto territorial entre orureñas y
orureños.
Hoy usted tiene una gran responsabilidad:
la de aprobar o rechazar este proyecto, en sus manos esta construir Estado
tomando partido por el “sí” o por el “no”. Defina su vocación autonómica y no
espere al día después cuando solo pueda quejarse.
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