martes, 30 de junio de 2015

Teleféricos: Los dilemas “debajo” de ellos

Elaborado por: Miguel Angel Foronda Calle
El teleférico en Bolivia está comenzando a constituirse en un sistema de transporte alternativo al clásico y caótico transporte terrestre; de similar manera comienza a perfilarse como otra alternativa el sistema ferroviario en Santa Cruz con los proyectos de tren metropolitano y tranvía y en La Paz el “tren bala”. El presente artículo pretende poner sobre el tapete temas, algunos visibles y otros no tanto, que se manifiestan como consecuencia del diseño e implementación de sistemas de transporte vía teleférico; las reflexiones surgen de la observación de los casos de La Paz a partir de las actividades desarrolladas por la y la Empresa Pública Estatal “Mi Teleférico”  y Oruro con el diseño del Proyecto de Teleférico Turístico a cargo del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro.

Una primera cuestión que se presenta es el debate entre modernización y mantención de la arquitectura urbana tradicional como consecuencia del requerimiento de espacios para las estaciones y el levantamiento de las torres sobre las que se colocaran los cables. Esta situación implica, necesariamente, sacrificar o alterar espacios públicos o espacios privados, en este último caso se acude a la expropiación.
Viaje entre El Alto y La Paz en la línea Roja del Teleférico dura alrededor de 9 minutos

Foto: Mi Teleférico 

El caso de Oruro ilustra esta situación de manera clara. En esta urbe se pretende constituir una línea, con fines turísticos, entre el monumento a la Virgen del Socavón y el Santuario del Socavón; el debate se genera en torno a la ubicación de la estación que debe estar en las cercanías del Santuario, esta de alguna manera afectaría la explanada previa para ingresar al Santuario, lugar que ha sido declarado por una ley nacional como Patrimonio Cultural (Leyes Nº 2934 Y 345). A colación los sectores culturales discuten si esta infraestructura alteraría la imagen del Carnaval que ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad que fue otorgado por la UNESCO.

En La Paz,en estos últimos días, surgió un rechazo por varios vecinos de la zona de Miraflores, zona donde se levanta la línea blanca, los mismos señalan que la construcción de la estación subterránea atentaría contra el Museo de la Revolución, el monumento Busch que sería sacado, a árboles de larga data que sería cortados; pero no solo eso sino que se atentaría contra la propiedad privada ya que la privacidad de muchas viviendas se vería afectada por el paso de este medio de transporte lo cual devaluaría el precio de las mismas. En este escenario la Empresa Estatal Mi Teleférico se ha puesto en campaña para desmentir estos aspectos de manera que no se cuestione y obstaculice el avance de obras. 

Un segundo aspecto, que posiblemente pase desapercibido para la mayoría de los ciudadanos, dada la aún incomprensión del Estado Autonómico, es la asunción de responsabilidades por parte de los gobiernos subnacionales.La construcción y administración del teleférico podría encuadrarse como parte del transporte urbano lo cual le compete al nivel municipal.

En este contexto en La Paz se aprobó una ley nacional apoyándose en la competencia que tiene el Gobierno Central para construcción de “obras públicas de interés nacional”. Surgen muchas preguntas: ¿este teleférico es de interés nacional o de interés del municipio de La Paz?, ¿es pertinente pagar una obra de beneficio directo para este municipio con recursos nacionales?, con seguridad hay diversas respuestas con diversos fundamentos.
En Oruro, a diferencia de La Paz, existe una Ley Departamental que declara prioritaria la gestión de recursos por parte del Gobierno Departamental para la construcción del teleférico, cabría cuestionarnos ¿por qué la indiferencia del municipio?. Asimismo las preguntas formuladas para La Paz podrían replicarse en este caso en la medida en que los recursos gestionados provengan del nivel nacional, no está demás decir que está presente la posibilidad acudir a inversión concurrente que mostraría mayor vitalidad del naciente sistema autonómico.

Un criterio frío y ajeno a nuestra realidad nos llevaría a cuestionar el desempeño del nivel municipal y también a felicitar o reprochar la intromisión del nivel central en La Paz,  y departamental en Oruro,sin embargo, no se puede desconocer la variable política que tuvo su influencia. Siguiendo nuestro espíritu legalista podríamos argumentar  que los principios autonómicos de subsidiariedad y complementariedad fundamentan este actuar de manera que se garantiza la prestación de una política pública fundamental como es la de transporte.

Un tercer aspecto es la pertinencia o no de la construcción del teleférico. En el caso de La Paz, dada su complejidad territorial, no parece haber mayores discusiones al respecto. En el caso orureño, hay que tener en cuenta que el fin del teleférico, tal cual lo declara su ley departamental, es turístico, en tal sentido existe una justificación dada su ubicación, sin embargo el debate se centra en la ubicación de uno de esas estaciones de manera que no altere el paisaje del entorno mariano; pero, un debate, no menos importante, es el si hay que priorizar este gasto frente a otras necesidades como la construcción de un Hospital


Queda claro que no existe discusión respecto a la utilidad de la implementación de este tipo de sistema de transporte que se convierte en una alternativa frente al caótico transporte terrestre que tiene bastantes problemas donde destacan: el precio del pasaje, rutas saturadas y también desatendidas, calidad del servicio, entre otros. Sin embargo el diseño de este tipo de políticas requiere observar otras consideraciones donde inevitablemente se generan beneficiados y damnificados. Pero más allá de todo lo mencionado no puede invisibilizarce el eterno conflicto con el gremio de los transportistas que constituyen un sector determinante a la hora de pensar en la gobernanza de los diferentes niveles de gobierno y el diseño de políticas públicas. 

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